miércoles, 10 de septiembre de 2008

Nos mudamos

Hasta ahora este blog era tan sólo una de las secciones de www.crlmoffice.com, la sección de cine, así que ahora que la mencionada web se ha transformado precisamente en un blog ha llegado el momento de ponerle fin a éste y mudarnos al nuevo: www.crlm-office.blogspot.com

Igualmente, os recondamos la visita de los blogs de Manu Riquelme y Rubén Bautista, así como sus respectivos fotologs: "No es otro estúpido fotolog" y El Vengaflog. Y ya de paso, os presentamos "Que desidia", el fanzine de Manu.

lunes, 30 de junio de 2008

ESTRENO DE "YOU NUNCA"


No hagáis planes el próximo viernes 4 de julio porque el día de la independencia, a eso de las 21:00, tenéis una cita en La Nave espacio joven de Puente Tocinos. Allí estrenaremos "You Nunca", el nuevo cortometraje de Rubén Bautista, en el que intervengo como guionista y actor. Me acompañan en el reparto Alfonso Inchaurrandieta, Silvia Mínguez, Elena Marín y Gregorio Sabater. Bajo estas líneas, están el trailer y un plano de La Nave. ¡Os esperamos!.



Texto: Manu Riquelme

jueves, 12 de junio de 2008

"EL TERRITORIO DE LA BESTIA": No pasaste de caimán


El pasado año llegó a nuestras pantallas con un par de años de retraso, dicho sea de paso, una película que acaparó la atención de críticos y aficionados, incluido el mismísimo Tarantino, que hasta le reservó un pequeño guiño en su "Death Proof". Dicha película era "Wolf Creek", el debut como director del australiano Greg McLean, otra vuelta de tuerca a la manida fórmula de "La matanza de Texas". McLean no ha tardado en reincidir en el género y nos trae ahora "Rogue" (no confundir con la productora de cine), una monster movie con cocodrilo gigante de por medio. El director vuelve a su Australia natal, en donde un reportero, el televisivo Michael Vartan, se une a un grupo de turistas guiado por Radha Mitchell, la mamá de "Silent Hill", que sufrirá en sus carnes las consecuencias de adentrarse en el territorio de la bestia al que alude el título en castellano. Cintas sobre reptiles asesinos hay muchas. Quizá demasiadas. No deja de ser loable el intento de ésta por rehuir de los tópicos, aunque la sensación de dèjá vu se hace patente desde los primeros minutos hasta casi el final. Es justo entonces cuando el curso de los acontecimientos toma otro rumbo con el fin de ofrecernos la clásica resolución, a través de una perspectiva menos factible, pero mucho más épica y original. Algo así como lo que sucedía en "Wolf Creek", y es que, McLean repite como un autómata los fallos y virtudes de su ópera prima. Obviando ya el hándicap que supone lidiar con una propuesta que se remonta a "Tiburón", hay que reconocer que "El territorio de la bestia" consigue en cierta medida lo que se propone, o sea, entretener. Ya sea por la amena presentación de los personajes o simple curiosidad por saber cuál de ellos será el siguiente en formar parte del menú del simpático animal, la primera hora pasa en un abrir y cerrar de ojos. Buena parte del mérito radica en una envolvente fotografía de estética cercana al documental. Además, Greg McLean sabe dirigir y eso se nota, tanto en el uso del silencio como en el detalle de omitir los ataques y al propio monstruo, reservando su aparición para la confrontación final. El gore es bastante escaso, no obstante, sus resultones efectos especiales suplen la carencia de más víctimas. Una de cocodrilos, a la que le falta más arrojo y mala leche para poder situarse por encima de la media.

Texto: Manu Riquelme

lunes, 26 de mayo de 2008

"SWEENEY TODD: EL BARBERO DIABÓLICO DE LA CALLE FLEET": El aprobado más apurado de Burton


Que Tim Burton se ha convertido en uno de los realizadores más personales e imaginativos de los últimos tiempos, es un hecho contrastado por los cientos de niñas góticas que lucen a Jack Skeleton en su bolso, elevándole a la categoría de icono del pop. Sin embargo, si escarbamos en su ya dilatada filmografía, nos daremos cuenta de que no es oro todo lo que reluce y hay títulos que no terminan de comulgar con su estilo. El batacazo de su segunda incursión en el cine más comercial (no olvidemos que estuvo detrás de los primeros "Batman") con "El planeta de los simios" le supuso un gran punto y aparte, pero supo reconciliarse con su público gracias a esa joya que es "Big Fish". Por desgracia, sufrió una recaída en "Charlie y la fábrica de chocolate", un intento frustrado de retomar su vena gamberra expuesta en "Mars Attacks!", que trató de redimir homenajeando a "Pesadilla antes de Navidad" en la descafeinada "La novia cadáver", la cual no deja de ser otra película de Walt Disney con calaveras. Está visto que, en el caso de Burton, cualquier tiempo pasado fue mejor y lejanas quedan ya obras maestras como "Eduardo manostijeras" o "Ed Wood". Por eso, cuando supe que en su próximo proyecto volvía a alejarse de la palabra remake para dar forma a este musical sobre las tropelías de un barbero asesino, hube de alegrarme porque la idea sonaba Burtoniana por todos lados. "Sweeney Todd" nos sitúa en el Londres de principios del siglo pasado, donde el barbero Benjamin Barker es alejado de su familia y condenado por un delito que no cometió. Quince años después, Barker regresa a la ciudad con el fin de vengarse del juez Turpin. Aquí encontramos el primer tropiezo del film. Burton no se corta un pelo cuando de abrir gargantas se trata, y deja correr la sangre a borbotones, sin reprimir su fanatismo por la Hammer tan presente en "Sleepy Hollow". En cambio, soluciona la escena del "secuestro" de la esposa de Barker, recurriendo a un sutil flashback, de una forma infantilona, casi mojigata. Si quieren que odiemos a alguien, no podemos omitir datos así, por las buenas. Alan Rickman está un poco desaprovechado, en ese sentido. Johnny Depp sustituye las tijeras por navajas de afeitar, en un papel que reafirma su condición de actor fetiche de Burton y le ha valido un merecido Globo de oro. Se agradece verle en una actuación más oscura y menos histriónica que las últimas. Helena Bonham Carter es el otro plato fuerte de la función. La actriz parece sacada directamente de alguna de las páginas de "La melancólica muerte de Chico ostra" y el personaje de Mrs. Lovett rebosa humor negro por los cuatro costados. En general, el reparto cumple y sorprende, tanto en su faceta interpretativa como vocal. Con todo, se echa de menos la buena mano de Danny Elfman. Hay breves destellos de genialidad que nos remiten al Burton más cruel como, por ejemplo, cuando Barker y Lovett se despachan a gusto con el clero y la burguesía londinense. No obstante, también asistimos a una de las secuencias más ñoñas y sonrojantes desde que la Disney se fue al garete. Estoy hablando del momento "I feel you Johanna" protagonizado por la pareja de mozalbetes, que bien podría haber sido eliminada en vista de la nula trascendencia que ambos tienen al final. Pero no cabe duda de que lo más flojo de la película es con diferencia el ritmo. Conste que a mí me gustan los musicales. Salvando las distancias, "La tienda de los horrores" de Frank Oz es un musical y su ritmo me parece envidiable. En manos de Burton, la estética está por encima de los acontecimientos. Está "tó atrezzao" (¿creíais que aquí os ibais a librar, muchachada?), la fotografía es preciosa, digna de anuncio navideño de colonia. Lo demás ya es otro cantar.

Texto: Manu Riquelme

jueves, 3 de abril de 2008

"KM. 31": En ocasiones veo muermos


La cartelera está sufriendo un revival tardío de remakes de cintas de terror japo, cuyos títulos originales ya de por sí eran fotocopias de la seminal "The Ring". A la revisión de "The Eye" ("Visiones"), para mayor lucimiento de Jessica Alba, se le suma ahora otra de "Llamada perdida" y en breve se nos avecina también la de "Shutter" ("Retratos del más allá"), con Joshua Jackson al frente. "Km. 31" no está basada en ninguna película oriental, cosa que ya de entrada es todo un logro, aunque aquí comienza y termina la lista de puntos a favor de esta modesta producción mejicana que ha gozado de cierta repercusión en su país de origen. La historia está inspirada en la leyenda de la chica de la curva y nos presenta a dos hermanas gemelas con una especie de conexión telepática entre ambas, que se verá truncada a causa de un trágico accidente (adivinen a qué altura de la carretera) ocasionado por la aparición de un misterioso niño. Al margen de que nos movemos dentro de unos parámetros donde innovar es prácticamente imposible, el director Rigoberto Castañeda nos da una lección sobre lo difícil que es encauzar un guión que hace aguas por todos lados, sin apenas diálogos, y al que le cuesta dios y ayuda arrancar. El film avanza en base a un desarrollo decididamente torpe, desaprovechando por completo su premisa, que desemboca en dos o tres sustos mal dados. La falta de ritmo no es el único lastre que arrastra "Km. 31", pues Castañeda se ha rodeado de un reparto un tanto limitado, en el que sólo se salva el español Adriá Collado, que hace lo posible por sacar a flote a su personaje, pero de donde no hay no se puede sacar. Los personajes (por decir algo) son clichés con patas, inmersos en una constante espiral de tópicos que parece no tener fin y abarca desde la chica que ve a los muertos hasta (¡oh, no!) el poli escéptico. En suma, "Km. 31" no es una propuesta sólida y está a años luz de competir con los estrenos arriba mencionados. Completamente prescindible y, lo que es peor, aburrida.

Texto: Manu Riquelme

miércoles, 26 de marzo de 2008

"AHORA O NUNCA": Un telefilm a lo grande



Pongamos a un par de enfermos terminales de cáncer en una misma habitación. No, no es ningún chiste. Uno de ellos es un hombre negro de clase media, padre de tres hijos, mientras que su compañero es un excéntrico multimillonario dueño de ese mismo hospital. Pongamos también que, en un arrebato filosófico introspectivo, el primero redacta una lista de cosas que le hubiese gustado realizar antes de morir y el otro no tiene otra cosa mejor que hacer que llevarla a la práctica junto a él. Aunque parezca mentira, tampoco es la sinopsis de aquel viejo episodio de "Los Simpsons" (bueno, sí), ni un telefilm de sobremesa, sino la última película de Jack Nicholson y Morgan Freeman. Cuando dos grandes de la interpretación se prestan a esto, algo falla. "Ahora o nunca" está dirigida por Rob Reiner, que otrora nos deleitó adaptando admirablemente a Stephen King en "Cuenta conmigo" y "Misery". El gran problema de su nuevo trabajo es que, visto el trailer, visto todo, ya que nos depara pocas o ninguna sorpresa hasta en el terreno interpretativo. Ambos actores están muy bien, no obstante, se limitan a hacer lo que se supone que uno espera que hagan en todo momento. Freeman representa la voz de la razón, un hombre de naturaleza reflexiva, demostrando una vez más que el tío hizo su agosto como narrador desde la genial "Cadena perpetua". Nicholson, por su parte, hace de Nicholson, un poco más contenido y menos sobreactuado que de costumbre, eso sí, pero Nicholson al fin y al cabo. Los dos se complementan a la perfección y hacen buena pareja cómica, pese a que el film juega la baza de combinar humor y drama equitativamente. Casi equitativamente, mejor dicho, porque, por desgracia, el drama se lleva la palma con situaciones la mar de recurrentes (crisis matrimoniales y reconciliaciones familiares) que tratan de activar la lágrima fácil en el espectador. Pero no todo van a ser disgustos. "Ahora o nunca" no llega a emocionar ni a hacernos reír en exceso y, sin embargo, nos mantiene entretenidos a lo largo de su hora y media de duración. Se nota que el bueno de Rob está curtido en la narración, a pesar de que la historia en sí es bastante lineal. Un telefilm en pantalla grande hecho por y para yayos.

Texto: Manu Riquelme

domingo, 23 de marzo de 2008

Las movidas de Subfilms (Marzo 2008)

Un periodo de tiempo tan corto como dos meses dan para mucho cuando hablamos de las movidas de Naxo Fiol y es que el catálogo de trabajos de Subfilms no para de aumentar.

En este periodo de tiempo, aparte de poner fin a dos proyectos que habían ocupado gran parte de su tiempo en los últimos meses, Naxo, apoyado por sus colaboradores habituales, ha dado forma a dos nuevos cortos. Se trata de "Fernando ya tiene nofia", la nueva aventura del protagonista de "Fernando Project", y de "Happy Jack", cortometraje que documenta la reciente proyección de "El Buque Maldito" en Barcelona. En cuanto a los otros dos proyectos mencionados, no son otros que "Un poquito de slasher, por favor" y "El hombre perseguido por un madelman" (antes conocido como "El enigma del man"), que tras varios meses de trabajo ya están terminados, siendo dos trabajos bastante destacables por sus peculiaridades. Por un lado, "Un poquito de slasher, por favor" es un "homenaje abstracto al cine slasher, Harry el sucio, el giallo y los contundentes finales del valiente Hollywood de los años 70", mientras que "El hombre perseguido por un madelman" destaca por haber sido grabado en su totalidad con una minicámara de uso infantil. Además, después del proceso de revelado, ya está terminado el último corto grabado en Super 8 por Naxo Fiol, "Jeringuilla de alegrilla".

Con todo este nuevo material terminado, lo próximo en la agenda de Subfilms es la edición de un dvd recopilatorio, que llevará el nombre de "The Subfilms Experience 2" y se presentará en abril en el Salón del Cómic de Barcelona, igual que la nueva entrega del fanzine Suburbio, que alcanza su número 52.

Texto: Alfonso CRLM

martes, 26 de febrero de 2008

"MONSTRUOSO": Cariño, he agrandado al proyecto de la bruja de Blair



Una de dos, si no sabes de qué película estoy hablando, has estado criogenizado durante los últimos meses o, sencillamente, no tienes Internet. La campaña publicitaria de "Cloverfield" ha sido más viral y monstruosa si cabe que su título en nuestro país. El padre de la criatura es J.J. Abrams, artífice de la popular serie de TV "Perdidos", un tipo hábil donde los haya, que convierte en oro todo lo que toca (lo próximo es Star Trek) y sacó del tedio a la saga de "Misión imposible". Aun teniendo reciente el estreno de "Rec", ambas parten de una premisa sospechosamente parecida: unos jovenzuelos que graban en primicia el ataque de lo que parece ser un descomunal bicho en pleno centro de Nueva York. Visto así, "Monstruoso" podría considerarse un remake inconfeso de "Godzilla". El americano, claro está. No esperéis encontrar a un japo fondón, combatiendo cuerpo a cuerpo con Mothra y demás fauna, de manera que otakus, ni acercarse. No obstante, para alivio del personal, tampoco veremos cómo el vecino americano salva al mundo por enésima vez. Precisamente, lo mejor de un film de esta guisa es la lectura tan pesimista que nos ofrece. No hay ningún mensaje ecológico o sociopolítico oculto entre líneas, como en el caso de la fallida "The Host", y, sin embargo, tampoco puede decirse que esté vacía de contenido. "Monstruoso" se toma su tiempo en ponernos en situación, presentándonos a los personajes en su justa medida, algo de lo que adolecía la mencionada "Rec" y que funciona aquí como motor de la historia. Por un lado, está Rob, que emprenderá una búsqueda desesperada por salvar a su exnovia Beth de las garras del monstruo. Le acompañan, entre otros, su cuñada y su mejor amigo, en quien delega la función de reportero y, ya de paso, sirve de contrapeso cómico. Esta empatía ayuda a hacer partícipe al espectador del realismo de los hechos que ocurren en pantalla. Por supuesto, también descubrimos ciertas incongruencias en el guión, empezando por el propio cámara, que no suelta la misma ni para cagar, o esos bichejos que habitan el metro y cuya credibilidad deja mucho que desear. Volviendo al ámbito interpretativo, el reparto en general está bastante integrado, en especial, Lizzy Kaplan. El director Matt Reeves no deja títere con cabeza y, aunque no hay mucho donde rascar entre plano y plano secuencia, tanto la impresionante puesta en escena como el ritmo apabullante de los acontecimientos, compensan con creces sus mareantes movimientos de cámara. La ausencia de música hasta los créditos finales (el tema central de Michael Giachino es puro Godzilla) es otro punto a su favor. "Monstruoso" no es ni más ni menos que lo que es. Un blockbuster disfrazado, que no pasará a los anales de la historia del cine, pero nos brinda una escasa hora y cuarto de sano entretenimiento.

Texto: Manu Riquelme

jueves, 21 de febrero de 2008

"ALIENS VS PREDATOR 2": Réquiem por un buen crossover



En una de mis anteriores críticas, explicaba el concepto de "what if". Ahora me toca hacer lo propio con el de "crossover". Básicamente, esto consiste en cruzar a dos personajes en una misma historia con el firme propósito de darse de ostias hasta en el carnet de identidad, algo que puede dar lugar a cosas tan divertidas como "Freddy contra Jason" o degenerar en despropósitos del calibre de este "Aliens VS Predator 2". A mi derecha, con una saga por la que han desfilado nombres de la talla de Ridley Scott, James Cameron, David Fincher y Jean-Pierre Jeunet, tenemos a todo un clásico de la ciencia ficción: el mismísimo Alien. A mi izquierda, con un par de películas más que aceptables, está otro peso pesado: Depredador. Si creíais que no hay nada más feo que un Alien, estábais equivocados o no conocíais a los Predaliens, una nueva raza que pretende incubar a sus crías en seres humanos. El combate está servido, con el aliciente de que esta vez la batalla se libra en la tierra. Concretamente, en el eterno pueblo norteamericano al que sólo le falta la doctora Quinn para acabar de ser igual que un telefilm de sobremesa de Antena 3. El resultado es un KO absoluto del espectador desde el primer asalto. Decir que los personajes son planos es quedarse corto, ya que son un esbozo de estereotipos que se convierten en improvisados marines a la primera de cambio. No falta una doble de Ripley venida a menos, ni la niña repelente de turno, como no podía ser menos. Los hermanos Strause (su madre se quedó a gusto) retoman el primer film y lo hacen con un guión prácticamente inexistente, en el que prima por encima de todo la confrontación entre Aliens y Predator. Es más, duele saber que detrás de esto hay algún productor ocioso, a quien le es indiferente si los que se miden el lomo son estos dos, Freddy versus Jason o Mercedes Milá contra el vaquero de Marlboro. La pega es que, cuando por fin se ven las caras, el tan ansiado enfrentamiento se resuelve de manera precipitada y sin un ápice de emoción. A los alienígenas más icónicos del séptimo arte (con permiso de E.T.) les viene pequeño este subproducto que podría pasar perfectamente por serie B, de no ser por el presupuesto de sus FX. No es para menos, teniendo en cuenta que los responsables eran técnicos de efectos especiales hasta hace bien poco. Eso lo explica todo. Un sinsentido dirigido a pajilleros matamarcianos con una videoconsola por cerebro.

Texto: Manu Riquelme

lunes, 18 de febrero de 2008

"30 DÍAS DE OSCURIDAD": Nada nuevo bajo el sol



Barrow es un pequeño pueblo al norte de Alaska, donde el sol no se pone durante la friolera de un mes, haciendo del lugar un restaurante de comida rápida para la plaga de vampiros que merodea por los alrededores. Éste es el prometedor punto de partida de "30 days of night", película que comparte título en castellano (de ahí el cambio) con la curiosa "Frostbitten". "30 días de oscuridad" está inspirada en el cómic de Steve Niles y parecía ser una digna película de vampiros, muy por encima de lo que viene produciendo Sam Raimi (me remito a "Boogeyman" o "El grito") últimamente. Pero, a pesar de que los tres son copulativos: ser, estar y parecer son verbos muy distintos entre sí. Resulta intrigante que el director David Slade pase de hacer algo tan interesante como "Hard Candy", que apela al terror psicológico sin necesidad de derramar una gota de sangre, a esta hemorragia de escenas gratuitas y salpicada de sustos fáciles. Supongo que la pela es la pela. Vale que son ideas diferentes y, por extensión, también lo es su planteamiento, sin embargo, no deja de tener coña adivinar que la trituradora que vemos al principio está puesta ahí a caso hecho, porque alguien tiene que acabar dentro obligatoriamente. Slade pone las cartas sobre la mesa, apoyándose en una fotografía que es lo más destacable del film, y logra mantener el ritmo hasta bien entrado el segundo acto, el cual no tarda en tomar los derroteros propios de un survival, explorado ya en infinidad de cintas habitualmente regentadas por muertos vivientes. Como adaptación, es bastante fidedigna y suprime alguna que otra subtrama innecesaria, dotando a la pareja principal de mayor dimensión que en las viñetas. El guaperas Josh Hartnett cumple de sobras, aunque no termina de dar el perfil de sheriff, y Melissa George se está labrando toda una carrera dentro del género tras "Turistas" y "La morada del miedo". Los chupasangres capitaneados por Danny Huston no salen mucho mejor parados y me atrevería a decir que los dibujados por Ben Templesmith son más carismáticos, pese a que el maquillaje está tan logrado que incluso tenemos a la réplica femenina de Marilyn Manson. Los demás personajes aparecen y desaparecen a su antojo, como en el caso del compañero de Hartnett, al igual que el tiempo pasa de cualquier manera. Me hubiese gustado ver al abuelo después de los créditos, preguntando por su esposa, a lo "Jóvenes ocultos". Por desgracia, el sentido del humor no abunda en los gélidos parajes de Barrow. Otra de tantas películas que pudieron haber sido y no fueron.

Texto: Manu Riquelme

lunes, 11 de febrero de 2008

"LOS CRÍMENES DE OXFORD": No es otro estúpido Código Da Vinci



El público español ha recibido el último trabajo de Álex de la Iglesia con una respuesta un tanto tibia, tirando a fría. Todo se reduce a una simple cuestión de expectativas. El espectador medio y poco curtido en el arte del diálogo entra a la sala confiado en que "Los crímenes de Oxford" es otro thriller amparado en la fórmula de los best sellers de misterio, mientras que los seguidores del director vasco deseamos ver extrapolado su esperpéntico humor a la industria hollywoodiense. Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. No he leído la novela de Guillermo Martínez que da título a la película, así que no puedo juzgarla en términos de adaptación. Tampoco puedo ocultar mi más profunda devoción por de la Iglesia, ya que me parece con mucho el realizador más personal e inteligente que el nuevo cine español ha dado de sí. No obstante, cuando analizamos su cada vez más poblada filmografía, a veces olvidamos que no es la primera vez que el autor de las geniales "El día de la bestia" y "Muertos de risa" se va a hacer las Américas y obviamos que en "Perdita Durango" se desmarcó de su faceta más gamberra. Es evidente que Álex de la Iglesia ha madurado, cinematográficamente hablando, hasta el extremo de afrontar el reto de abordar este encargo con una factura inmejorable. Me remito a los brillantes flashbacks o a ese plano secuencia que recorre las calles donde, uno por uno, se disponen los sospechosos a modo de piezas de un tablero, como si de una gran partida de Cluedo se tratara. "Los crímenes de Oxford" nos presenta a Martin, un joven aspirante a matemático, defensor a ultranza del azar, que se hospeda en casa de una vieja amiga del profesor Arthur Seldom, fundamentalista de la lógica, con el fin de que éste le supervise en su tesis. Esta confrontación ideológica desemboca en una serie de asesinatos cuyo denominador común es la arbitrariedad de sus víctimas. Las hipótesis se suceden. John Hurt brilla con luz propia en el papel de Seldom y resulta tan convincente en su discurso que nos creemos todas y cada una de las palabras que emergen de su boca, frente a un correcto Elijah Wood tratando de quitarse el sambenito de Frodo como buenamente puede. En medio de todo está el personaje florero de Leonor Watling, que se limita a enseñar cacho (no seré yo quien se queje) y poco más, pero falta química entre ella y Wood. Sea como sea, su rol es crucial en este triángulo amoroso para ilustrar la obsesión que roza la homosexualidad reprimida del protagonista por Seldom, y queda patente en escenas cargadas de simbolismo como la del aeropuerto. Pasando por alto sus defectos (que haberlos los hay) y centrándonos en sus virtudes, es insultantemente obvio que "Los crímenes de Oxford" es de lejos el film menos reconocible de Álex de la Iglesia. Pero también es un ejercicio bien resuelto en sentido homenaje al maestro Hitchcock (la sombra de Bernard Herrmann es alargada en la partitura compuesta por Roque Baños) y un punto de inflexión decisivo en la carrera del cineasta.

Texto: Manu Riquelme

sábado, 9 de febrero de 2008

"ARMA FATAL": Police party



Después de los zombies, les llega el turno a los polis. Hace cuatro años, una modesta cinta británica llamada "Zombies Party (Shaun of the dead)" sorprendía gratamente a propios y extraños tanto por su pasmoso dominio del género como por el buen hacer de su director, revelándose así como película de culto instantánea. Esta vez, Edward Wright vuelve a ponerse tras la cámara para arremeter contra las habituales fantasmadas del cine de acción, policíaco o "de colegas". Y vaya que si lo hace. Tenemos persecuciones, tiroteos y confraternidad a partes iguales, eso sí, todo ello fundamentado en un sentido del humor que se debate entre lo macabro y típicamente inglés, sin nada que envidiar a los mejores Monty Phyton. Además de firmar el guión, Simon Pegg interpreta a Nicholas Angel, un intrépido agente de policía londinense cuya desmesurada eficiencia le vale un ascenso a sargento, bajo la condición de trasladarse a un recóndito y apacible pueblo en mitad del campo. Allí conoce al que será su compañero de fatigas, Danny, hijo del inspector e incondicional de títulos como "Le llaman Bodhi" y "Bad Boys 2". Juntos descubrirán que un asesino en serie anda suelto sembrando el pánico entre los lugareños. Wright sigue en su línea, flirteando con el gore y haciendo buen uso de los encadenados y transiciones, cosa que se ve reforzada por un montaje sobresaliente y aporta mucha fluidez a la trama. Porque la hay. No os engañéis, a diferencia de la enésima parodia yanqui, "Arma fatal" no se basa en una mera sucesión de gags a costa de otros films del mismo estilo, sino que toma prestados sus convencionalismos, inteligentemente reciclados al servicio de unos personajes entrañables. Al igual que en "Zombies Party", el arma secreta del film reside en su casting (atención al cameo de Peter Jackson), encabezado por los simpáticos Pegg y Nick Frost, quienes posiblemente sean la pareja con mayor vis cómica desde Laurel y Hardy. Pese a que su larga duración se tambalea un poco durante el apoteósico final, ya quisieran los americanos y sus "Scary movies" o "Meet the spartans" acercarse siquiera a la inventiva de "Arma fatal".

Texto: Manu Riquelme

jueves, 31 de enero de 2008

"NEGRA NAVIDAD": Dos velas negras



El cine de terror teen está en coma irreversible, pidiendo a gritos renovarse o morir. Desde la triunfal trilogía de "Scream", podría contar con los dedos de una mano (y me sobran) las películas que han igualado a ésta en lo que respecta a calidad. Desafortunadamente, "Negra navidad" no es la excepción que confirma la regla. Basada en una rareza dirigida por Bob Clark ("Porky's") allá por los setenta, nos encontramos con uno de esos remakes que no tienen absolutamente nada en común con su homónimo, salvo el título y que ambos se desarrollan en navidad, lo cual se agradece siempre y cuando el resultado no sea un bodrio de semejante magnitud. El reparto lo integran caras televisivas como las de Michelle Trachtenberg (la dulce hermanita de "Buffy, la cazavampiros"), Oliver Hudson (visto en "Dawson crece") y Mary Elizabeth Winstead, quien repite a las órdenes de Glen Morgan, guionista de la divertida saga de "Destino final". Lo primero que sorprende de esta "Negra navidad" es su total ausencia de humor, algo inconcebible dada su premisa. Billy es un joven que crece atormentado por los constantes maltratos de su madre y a la sombra de su hermana, hasta que la noche de navidad decide zampárselas en forma de galletas, al calor del hogar. Años más tarde, durante el aniversario de la muerte de su familia (casualidades de la vida), Billy huye de la celda de máxima seguridad donde está encerrado, sirviéndose de un bastoncillo de caramelo como arma homicida, y vuelve a casa vuelve por navidad cual indigesto turrón. Al mismo tiempo, su casa se ha convertido en un improvisado picadero para la hermandad femenina que allí se congrega. Todo esto se nos cuenta de manera atropellada, por medio de flashbacks, que llaman al desconcierto y no hacen sino más que entorpecer la narración en su intento por disuadir al espectador de la tramposa identidad del asesino. Morgan pone todo su empeño en distanciarse de la cinta original y lo consigue, para bien y para mal, tratando de justificar el odio de Billy hacia Santa Claus y eliminando así de un plumazo el elemento suspense. Para cuando empieza la acción, uno ya está cansado de contemplar este catálogo de muertes absurdas, que incluye estalactitas asesinas y árboles que atraviesan torsos humanos. "Negra navidad" es un film que va de más a menos, cuyo interés es equiparable al del mensaje del Rey en nochebuena. Por si fuera poco, parece ser que la película ha sido censurada hasta la saciedad en nuestro país, así que ya ni eso queda. Si Hollywood sigue nutriéndose de revisitar clásicos como éste o "Prom night", más nos vale que sus guionistas sigan en huelga indefinida por mucho tiempo.

Texto: Manu Riquelme

sábado, 12 de enero de 2008

"HALLOWEEN: EL ORIGEN": El what if de Rob Zombie



Un "what if" es el nombre que en cómic recibe una historia cuyos protagonistas suelen estar descontextualizados, algo que vulgarmente se conoce como paja mental y que permite a las editoriales hacer coexistir en universos paralelos a personajes tan dispares como Tarzán y Batman. A caballo entre la precuela y el remake, "Halloween: el origen" viene a ser lo mismo. Muchos fueron los puristas que, no sin razón, pusieron el grito en el cielo desde que se anunció el rodaje de esta polémica cinta. "Halloween" de John Carpenter, sentó las bases del género slasher, consagrando a una pipiola Jamie Lee Curtis como indiscutible scream queen por excelencia y perpetuando sagas de la calaña de "Viernes 13" o la propia "Halloween". Es por ello que la idea de un remake parecía innecesaria a estas alturas y la elección de Rob Zombie tampoco se antojaba la más acertada. ¿O sí?. Hay remakes y remakes. Hay remakes tales como el de "Psicosis" o "La profecía", que se limitan a fotocopiar plano por plano sus originales, y otros como los de "La matanza de Texas" y "Amanecer de los muertos", que redefinen el concepto de remake. Zombie nos da una de cal y otra de arena. Contra todo pronóstico, la parte de la precuela le hace justicia a Michael Myers sin desvirtuarle mucho más que "Halloween: resurrección" u otras tantas secuelas de la devaluada saga. El autor de "Los renegados del diablo" se toma licencias tan notorias como vestir al joven Mickey con una camiseta de los Kiss o convertir a su madre (su esposa Sheri Moon Zombie) en bailarina de striptease, y nos presenta a un Myers sometido a los abusos del bullying y de una familia desestructurada. Así pues, se pierde buena parte de la inteligente omisión de datos de Carpenter, que llevaba un buen día a Michael a empuñar un cuchillo y matar a su hermana sin razón aparente, más allá de la irracionalidad de su persona. El asesino de la máscara blanca no es la única víctima de esta humanización y, pese a ser buen actor, Malcom McDowell tampoco está a la altura de las circunstancias a la hora de resucitar al entrañable Dr. Loomis del difunto Donald Pleasence. Por su parte, Laurie Strode (Scout Taylor-Compton) ha dejado de ser una rata de biblioteca para codearse con Kristina Klebe, quien tiene un par de razones para tomar el relevo de PJ Soles, y con la que fuera sobrina de Myers en dos entregas de la serie, Danielle Harris. En ese sentido, el film cuenta con un apetitoso elenco de secundarios de la talla de Brad Dourif (la voz de Chucky) o Dee Wallace (la madre de E.T), aunque la presencia de muchos de ellos se reduce a poco más que un cameo, como en el caso de Udo Kier (el José Luis Moreno del terror basura), Sid Haig (visto en anteriores trabajos de Zombie) y Danny "Machete" Trejo, cuyo personaje es un tanto prescindible. El gran problema de este nuevo Halloween no radica en su origen, sino en el remake. Basándonos, por ejemplo, en la secuencia de la fuga del psiquiátrico en ambas versiones, la setentera nos ofrece una visión más sobrecogedora a través de los internos que avanzan entre la niebla y en la moderna, sin embargo, el gigantesco Tyler Mane rompiendo las cadenas es digno de un videoclip del tema "Superbeast" de Rob Zombie. Llegados a este punto, se suceden las escenas a su manera, esto es, con más sangre, más muertos, más desnudos gratuitos y un ritmo bastante menos pausado que al que nos tiene acostumbrados Carpenter. Zombie se dedica a reproducir elementos de aquí y allá, subsanando pequeñas incongruencias del guión original, como el hecho de que Myers tuviera el carnet de conducir, y también justifica su fetichismo por la mítica máscara del Capitán Kirk. Por otro lado, el tramo final está alargado incomprensiblemente (dos horas quizá son excesivas) en detrimento de la insensibilidad de Myers. En cualquier caso, "Halloween: el origen" irritará a unos y entusiasmará a otros, pero a buen seguro que no dejará indiferente a ningún fan. Algo es algo.

Texto: Manu Riquelme

miércoles, 9 de enero de 2008

"BEOWULF": Épica infográfica



Hace unos años, el casposo Christopher Lambert protagonizó una adaptación cinematográfica de este poema anglosajón que pasó desapercibida por la cartelera sin pena ni gloria. Ahora es Robert Zemeckis, el alumno aventajado de Spielberg, quien nos presenta su versión definitiva en forma de blockbuster, aderezado con los pertinentes efectos especiales de rigor en el moderno cine de aventuras. El director de la trilogía de "Regreso al futuro" y "Forrest Gump" parece haberle cogido el gustillo a esto del CGI tras "Polar Express", y los resultados en "Beowulf" son cuanto menos impresionantes, alcanzando sus más altas cotas de espectacularidad en el campo de batalla, en donde el grueso de planos son imposibles sin el uso de captura de movimiento. Bien es verdad que en determinados momentos da la sensación de estar asistiendo a una presentación de algún videojuego de la Playstation pero, tan pronto como el ojo se acostumbra, cuesta diferenciar dónde empieza el actor real y dónde acaba su personaje. Tal es el caso de Anthony Hopkins, John Malkovich o el propio Beowulf, cuya réplica en carne y hueso poco o nada tiene que ver en cuanto a su escultural físico se refiere. Al otro extremo se sitúa el cacareado desnudo de Angelina Jolie, que según dicen ruborizó a la explosiva actriz el día del estreno y no es para menos. Hasta Crispin Glover se trae cierto aire bajo la piel del monstruo Grendel. "Beowulf" está escrita por Roger Avary (colaborador habitual de Tarantino) y el afamado guionista de cómics Neil Gaiman, y eso se nota tanto en los numerosos diálogos como en la oscuridad que rezuma el film cuando nos habla de héroes que se transforman en antihéroes, movidos por la codicia y los más bajos instintos de la condición humana. Así, nos hallamos ante una película de animación en tres dimensiones más adulta que la media, no exenta de humor, dividida en dos partes claramente diferenciadas. La primera sale airosa, mientras que en la segunda el ritmo decae considerablemente hasta la trepidante persecución a lomos del dragón. No he visto el "Beowulf" de Christopher Lambert, pero estoy convencido de que el de Zemeckis tardará bastante más en quedarse obsoleto.

Texto: Manu Riquelme

"REC": El proyecto de Balagueró y Plaza



Las comparaciones, aunque odiosas, son inevitables y resta decir que el referente más inmediato de "Rec" es "El proyecto de la bruja de Blair" (y "Holocausto caníbal", echando la vista atrás). Para empezar, ambas cintas son de corte documental y están dirigidas por sendos realizadores. En el caso de "Rec", este tándem lo componen Jaume Balagueró y Paco Plaza. Balagueró ya se ha hecho un nombre dentro del género con una filmografía un tanto irregular, mientras que a Plaza le conocíamos gracias a su estudio de la figura del psychokiller en el libro "Asesinos de cine", así como por firmar el mejor episodio de la serie "Películas para no dormir". Si "El proyecto de la bruja de Blair" se nos presentaba como un documento, "Rec" nos invita directamente a ser testigos presenciales de un experimento, cámara en mano, a tiempo real y desde otra perspectiva: en primera persona. El guión (si es que lo hubo) se desarrolla la misma noche en un bloque de pisos de Barcelona, donde se alerta a los bomberos de que una anciana se ha quedado encerrada en su casa. De esta manera, lo que prometía ser una tranquila jornada de trabajo se convierte en un auténtico survival zombie para el equipo de televisión local que les acompaña. En el plano interpretativo, se agradece la presencia de rostros poco conocidos (cabe destacar a la pareja de vejetes), que confieren un halo de credibilidad al conjunto, sobre todo durante los primeros minutos. Otros, sin embargo, no logran transmitirnos esa sensación de realismo y son totalmente anticlimáticos, como en el caso del poli. La presentadora de 40 TV, Manuela Velasco, no lo hace mal, pero sus ataques de histeria terminan por sacar de quicio a cualquiera (no me gustaría estar en el pellejo del sufrido Pablo) y la pobreza de su personaje tampoco ayuda. Esto último sorprende porque "Rec" se jacta de ser una experiencia antes que una película y, como tal, cumple su cometido al igual que cualquier tren de la bruja que se precie. Asustar, asusta. Ahora bien, no deja de ser chocante la forma en que está resuelto el final, abusando de los mismos tópicos y concesiones al espectador que lo emparientan con cualquier otro producto de estas características al uso. Una lástima porque el clímax está muy conseguido (mención aparte para la criatura que nos recuerda a la de "Frágiles") y, de haber sido así toda la cinta, el resultado hubiese sido mucho más escalofriante. Con todo, "Rec" está dirigida con buen pulso (no va con segundas) y su sentido del humor contribuye a que el visionado sea más llevadero de lo que puede parecer en un principio. Un soplo de aire fresco para el cine español, que ha generado su inevitable remake antes incluso de su estreno, y que ha abierto la veda a un sinfín de propuestas de formato similar como "Monstruoso" (los traductores lo han vuelto a hacer), la monster movie del creador de "Perdidos"; "El diario de los muertos", lo nuevo de Romero; y "The Poughkeepsie Tapes", película en la onda de "Hostel".

Texto: Manu Riquelme

lunes, 7 de enero de 2008

Las movidas de Subfilms (Enero 2008)

Como ya anticipamos el pasado mes de octubre, durante la Maratón de Cine Fantástico y de Terror de Cotxeres de Sants se estrenó "Cuentos de terror (sin sangre)", obra conjunta realizada bajo la denominación de Three Skulls Video por Naxo Fiol, Aratz Juanes y Víctor Olid, de 65 minutos de duración. Además, Víctor Olid se ha currado una edición casera en dvd con extras incluidos. También en la Maratón de Cotxeres, los mencionados aprovecharon para grabar la quinta entrega de su serie "Reputación Inmaculada".

Otros cortos ya terminados, de los que podéis ver su correspondiente ficha en la web de Subfilms, son "La fiebre de las casetas" y "Espera a la espora", grabados ambos por Naxo Fiol en solitario. Por otra parte, Naxo también ha terminado recientemente el corto titulado "Jeringuilla de alegrilla", rodado en super 8 y está a la espera de que vuelva revelado del laboratorio.

En cuanto a cortometrajes en proceso de rodaje, sigue en marcha el de "Un poquito de slasher, por favor" y recientemente ha comenzado a rodar un nuevo corto que llevará el título de "El enigma del man", que tiene la peculiaridad de que se está rodando con una minicámara especial, de la cual podéis conocer más datos en la web de Subfilms.

Por último, Naxo sigue escribiendo artículos para el Suburbio nº 52, a la vez que escribe sendas colaboraciones para los fanzines "Amazing Monsters" y "Aceite de Ricino".


Texto: Alfonso CRLM

Más info:
www.subweb.es