PD: Un consejo, absteneros de ver la película en 3D, al menos si sois de Murcia. Como era de esperar, por levante todavía estamos atrasados en este aspecto y más vale contemplar el espectáculo como fue concebido y no con cierto efecto de profundidad pero su fotografía solapada por unas rudimentarias gafas de sol.
miércoles, 28 de noviembre de 2007
BEOWULF. La arriesgada apuesta de Zemeckis.
PD: Un consejo, absteneros de ver la película en 3D, al menos si sois de Murcia. Como era de esperar, por levante todavía estamos atrasados en este aspecto y más vale contemplar el espectáculo como fue concebido y no con cierto efecto de profundidad pero su fotografía solapada por unas rudimentarias gafas de sol.
lunes, 19 de noviembre de 2007
"SILENCIO DESDE EL MAL": Made in hell
Los muñecos son una fuente de inspiración inagotable dentro del cine de terror. Desde el inquietante payaso de "Poltergeist" (remake en marcha, snif!), pasando por el célebre Chucky o los "Juguetes asesinos" de Charles Band, hasta llegar al mismísimo Pinocho en "La venganza de Pinocho"; todos ellos le han hecho la vida imposible a sus sufridos propietarios. El australiano James Wan ya dio muestras de su gusto por los muñecos a través de Jigsaw (atentos aquí a su "cameo") en la prolífica saga de "Saw" y ahora hace lo propio, aportando su granito de arena a este subgénero de la mano del misterioso Billy, pariente lejano del presidente del gobierno. "Silencio desde el mal" (una vez más, los traductores se han quedado a gusto), cuenta la leyenda de Mary Shaw, una anciana ventrílocua sin más descendencia que la de sus propios muñecos, muerta en trágicas circunstancias y que tiene la fea costumbre de arrancar la lengua de cuajo a todo aquel incauto que ose gritar en su presencia. Con tan prometedora premisa, la película arranca por medio de una escena muy similar a la del principio de "The Ring" presentándonos, topicazo a topicazo, la clásica historia del hombre que vuelve a su pueblo natal buscando respuestas tras el asesinato de su esposa. Ni qué decir tiene que la policía no se lo pondrá nada fácil (el personaje de Donnie Whalberg es de juzgado de guardia) y tampoco falta la vieja loca que sabe más de lo que aparenta. En ese sentido, también cabe destacar al actor Bob Gunton en un papel secundario. Wan dirige con oficio y parece haber aparcado un poco su faceta más efectista, dejando de lado la estética videoclipera, sin renunciar a muchas de las constantes de su cine que apuntaba en su anterior trabajo. Por ejemplo, el uso de los flashbacks o un giro final en la línea de "Saw", que es lo que consigue salvar en gran medida la función. Otro de sus aciertos es la hábil combinación entre los silencios y la música compuesta por Charlie Clouser (da gusto oír algo suyo que no sea el leif motiv machacón de "Saw"), exmiembro del grupo Nine Inch Nails. El punto negativo se lo lleva el abuso de efectos especiales, y es que, parece mentira que la industria no aprenda de cosas como "La guarida" y no se den cuenta de que las mejores secuencias son las que no están retocadas digitalmente. Véase la del desván o cualquiera de los flashbacks, en especial, el del niño en la funeraria. Lo que es innegable es que James Wan tiene una gran facilidad de crear mitos del terror contemporáneo más o menos resultones (no es muy difícil imaginar otra retahíla de secuelas de este "Dead Silence"). Eso, viniendo de un tipo que podría haberse encasillado a costa de seguir dirigiendo "Saw" y, sin embargo, ha preferido ofrecernos un humilde cuento de fantasmas de los de toda la vida, dice mucho de él.
Texto: Manu Riquelme
domingo, 18 de noviembre de 2007
"LA PARADA" en TELEVISIÓN MURCIANA
sábado, 17 de noviembre de 2007
"SAW IV": La misma mierda con distinto olor
La saga de "Saw" necesita una transfusión urgente. Sangre nueva. Bueno, de sangre la verdad es que anda sobrada. Basta con ver el prólogo de "Saw IV", durante el cual asistimos a la autopsia de Jigsaw con todo lujo de detalles, y digo yo "¿para qué coño practicarle la autopsia a un asesino en serie que ha sido brutalmente degollado?". Éste es sólo uno de los muchos ejemplos de la suerte de despropósitos que constituyen esta cuarta entrega, más cercana ya a una serie de televisión que a una película propiamente dicha, cuyo único interés se basa en un final cada vez más rebuscado y menos original. Sin ir más lejos, en este caso se trata de un pastiche compuesto a base de retazos de las dos primeras partes. Me pregunto si el bueno de James Wan (responsable de la original y director de la recién estrenada "Silencio desde el mal") será consciente del chiste privado al que se ha visto reducida su obra. Un chiste incomprensible para el espectador medio, dado que hay que tener muy reciente "Saw III" si queremos pillar la mitad de las cosas de su continuación. Conste que, hasta ahora, a mí esta trilogía me parecía decente e incluso entretenida pero, si bien la muerte de Jigsaw a priori suponía un agravante, aquí se nos confirma que no hay nada que hacer sin el carismático personaje interpretado por Tobin Bell. En realidad, lo mejor de la cinta son los flashbacks (hay tantos...) protagonizados por él. El resto de personajes, a cada cual más estereotipado, son peones mal definidos y peor conducidos que entran y salen de la trama como Pedro por su casa, a merced de una narración caótica. El tal Darren Lynn Bousman debía estar medicándose cuando la dirigió. Al final uno no sabe si lo que está viendo es pasado, presente, futuro o un flashback del flashback. Un puzzle, a fin de cuentas, mal construido que deja más cabos sueltos de los que ata y poca o ninguna gana de ver "Saw V".
martes, 13 de noviembre de 2007
"SILENCIO DESDE EL MAL" ¡Aparta Chucky, que llega Billy!
Texto: Rubén Bautista
"CASSANDRA´S DREAM". Pesadilla para impacientes
Sally Hawkins, pedazo de... descubrimiento
miércoles, 7 de noviembre de 2007
"LIO EMBARAZOSO". Con un freak bajo el brazo.
Fijaos en la primera por la izquierda...
Sus personajes son pequeños niños grandes, inadaptados con los que cualquiera (hablo por mi), puede sentirse identificado. Después, el bueno de Judd los pone en un contexto que les es ajeno y así, como por arte de magia, surge tanto la comedia como el conflicto. Secuencias como la del polvo “embarazados” o aquella en la que Seth Rogen juega con los niños a modo de perritos son todo un logro dentro de un conjunto que no es tan disparatado, bestia y soez como aparenta. Si bien, existen personajes que contrarrestan los momentos más dramáticos (y a ratos emotivos, que no ñoños), estos no resultan forzados y constituyen una “tour de force” que representan la vida misma. Las conversaciones son terroríficamente naturales, aparentemente intrascendentes, a ratos incluso ridículas. Son como la vida misma. La pelea en el coche y posteriormente en la clínica (con rencor hacia las hormonas incluido), la paranoia de las setas (en uno de los pasajes quizá más aparatosos de la película, precisamente por su falta de adecuación al discurso y su excesiva verosimilitud) y demás situaciones nos demuestran que no todo en la comedia americana está perdido.
Apatow y su mujer, Mann... esperemos que no sea como en la peli
Además, las interpretaciones son coherentes a la vez que divertidas, logrando que cojas un gran cariño a los personajes (salvo a Leslie Mann, lo que resulta casi imposible) y suplen los pequeños baches de ritmo que sin duda la película tiene en su segunda mitad. Si algo le falta a este simpático grupo de freaks es saber mejorar el ritmo en sus producciones, pero aún así, esto no es ningún engorro. No se vosotros, pero a mi con tanto estrenito de esta gente me están entrando unas ganas terribles de ver las series de culto “Freaks and Geeks” o “Arrested development”, de donde sale esta gente, y que fueron un relativo fracaso en EE.UU. Sin duda eso es, en la mayoría de ocasiones, una buena señal. Seguiremos estando atentos a ellos.
Texto: Rubén Bautista
"STARDUST", post-épicidad sin pretensiones
Así, “Stardust” se plantea como un puro cuento al estilo de películas como “La princesa prometida”, con todos los elementos de éstos. Inverosímil a ratos, previsible desde el principio, infantil otras veces… la película nunca oculta lo que es. En este sentido, Matthew Vaugh (responsable de la muy recomendable “Layer Cake”), pone las cartas sobre la mesa desde el primer fotograma y nos invita a formar parte del juego, a que seamos crédulos y niños de nuevo.
En el terreno actoral, una inconmensurable Michelle Pfeiffer se come con patatas al resto de la plantilla (De Niro incluido, el cual solo tiene un papel anecdótico, entrañable a ratos, ridículo en otros, pero finalmente anecdótico) dando vida a una malvada bruja como Dios manda. La Pfeiffer se luce tanto en la parte final además de en secuencias como la de la posada, que respiran magia y leyenda, aunque no epicidad. Tampoco creo que sea lo que se busca. “Stardust” no es una enésima copia de “El señor de los anillos”, es otro rollo, más cercano a “Dentro de el laberinto”, por ejemplo. Por su parte, Claire Danes resplandece como siempre lo hizo, con la belleza de una chica real y no prefabricada como Sienna Miller (Victoria, la chica que el héroe pretende desde el principio). Dicho chico, Charlie Cox, llamado Tristan (otro topicazo permisible) sostiene el peso de la película de manera correcta, encarnando al héroe patán que debe conocerse a sí mismo, madurar y encontrar su verdadero amor. Además, podemos encontrarnos con un par de buenos y simpáticos cameos como el de Peter O´Toole o Rupert Everett.
De Niro poniéndole caras a la tetera
En el terreno técnico, destaca la bonita música de Llan Eshkeri, a la que le perdonamos el plagio descarado del leit motiv de “Drácula: de Bram Stoker”, una de esas creaciones que no sabes cuanto tiene de homenaje y cuanto de vergonzosa copia.
Por todo ello, “Stardust” es una bonita historia por la que dejarse llevar sin prejuicios (ni tan siquiera por que su canción final esté cantada por Take That), con la que sentirse de nuevo un tierno infante y disfrutar como antaño. Un cine sin más pretensión que el entretenimiento visto como el oficio más viejo, ilustrativo y arcaico del mundo.
Texto: Rubén Bautista
martes, 6 de noviembre de 2007
"SAW 4", para sentirse idiota perdido
Querian a Peter Coyote pero....
La cuarta entrega de la devaluada saga gore (siempre mantendré que la primera era decente e incluso entretenida) se sustenta bajo pilares sacados de la manga en el ultimo momento así como muertes injustificadas que ni tan siquiera tienen que ver con la trama principal (¡virgen santa, la policía atravesada por una flecha!). Con ello , se consigue un paso más hacia la mediocridad y la explicitud que ya se apuntaba con rottring del 5 en su predecesora (esa operación de sesos…). La jilichorrada comienza con una autopsia ultradetallada del pobre Jigsaw (todo el mundo sabe que si te rajan el cuello tienen que sacarte el estómago para baremar las causas de tu muerte…) y continua con un desfile de personajes a cada cual más estereotipado, mal definido y torpe. La narración tiene más flashbacks que las tres temporadas juntas de “Lost”, recordándonos cosas que habían sucedido hace 1 minuto. Y es que parece que este Darren Lynn Bousman cree que los espectadores somos como la Dori de “Buscando a Nemo” y no soportamos un recuerdo por más de ese tiempo. Por ello están continuamente repitiendo todo lo que pasa, a veces incluso de forma elegante con algunas transiciones, y la otra inmensa mayoría de veces (como en la parte final) de manera torpe e imperceptible (qué gran paradoja teniendo en cuenta el efectismo del… ¿discurso?). Así, la trama se hace incomprensible, falta de ritmo, incoherente e ininteligible. Y teniendo en cuenta lo que hay que entender… eso es muy grave. Del plantel de actores, ya ni hablo. Sólo se salva Tobin Bell. Da la sensación de que la saga esté tan desprestigiada por sus ansias de contentar a la masa descerebrada que necesiten de actorcillos que tengan tan poco trabajo como para aceptar su mismo papel en la siguiente entrega. Además, si los personajes ya de por si son planos, están interpretados de forma tan estereotipada que a simple vista puedes imaginar quien es el culpable. Todo esto, apoyado en un ¿guión? más cercano a un C.S.I. en chungo que a una película de terror y/o suspense y/o tensión (la cual no se genera en ningún momento, pues los personajes no te importan lo más mínimo). ¿Alguna forma de arreglar este pestiño? Usando el humor negro, cosa que no pasa durante ningún momento. Quizá piensen que el público es demasiado lerdo como para similar eso. Lo más terrorifico de todo esto es que quizá en el fondo tengan razón.
Texto: Rubén Bautista
"SUPERSALIDOS": El sexo como exaltación de la amistad
La comedia es un género que tiende a subestimarse muy a menudo. Por no hablar de las películas de adolescentes y, para más inri, una cuyo título es "Supersalidos" no va a ser menos. A pesar de su desafortunada traducción, que no le hace demasiada justicia, "Superbad" no es ninguna secuela tardía de "American Pie" sino una producción de Judd Apatow, la nueva sensación de la comedia norteamericana y director de la divertida "Vírgen a los 40". De hecho, Apatow está en racha últimamente ya que, además del que nos ocupa, cuenta con otro estreno más en cartel: "Lío embarazoso", protagonizada también por Seth Rogen, actor y guionista junto a Evan Goldberg de "Supersalidos". Seth y Evan (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) son dos amigos sobrehormonados a punto de dejar atrás el instituto, algo inconcebible sin haberla metido antes en caliente. A partir de ahí, comienza una disparatada odisea en busca de alcohólicos afrodisíacos que les ayuden a cumplir sus deseos carnales. Para ello, se verán obligados a recurrir a los dudosos servicios de Fogell, alias "McLovin", un friki de mucho cuidado al que ya se están rifando en Hollywood. La historia nos resultará familiar a todos aquellos que conocemos o hemos conocido a algún McLovin a lo largo de nuestra vida, y es que, la mayor virtud de una película como "Supersalidos" estriba en su capacidad de empatizar con el público masculino (chicas, abstenerse otra vez) más allá de los estereotipos que nos presentaban las citadas "American Pie" de turno. Sin alcanzar la genialidad en sus diálogos de un Kevin Smith ni abusar de la escatología propia de los hermanos Farrelly, la gran pega de "Supersalidos" es la misma que en "Vírgen a los 40" y se trata de los altibajos en el ritmo que sufre hacia mitad. Afortunadamente, el film remonta, regalándonos un final muy sutil a la vez que emotivo. "Supersalidos" es, en resumidas cuentas, un canto a la amistad por encima del sexo, que tocará la fibra sensible del espectador libre de prejuicios con ganas de pasar un buen rato sin pensar en exceso. Ojo a los polis, son de lo mejorcito. Por cierto, recomiendo huir de su versión en castellano porque el doblaje es de lo más chungo que he oído en mucho tiempo.