martes, 6 de noviembre de 2007

"SUPERSALIDOS": El sexo como exaltación de la amistad



La comedia es un género que tiende a subestimarse muy a menudo. Por no hablar de las películas de adolescentes y, para más inri, una cuyo título es "Supersalidos" no va a ser menos. A pesar de su desafortunada traducción, que no le hace demasiada justicia, "Superbad" no es ninguna secuela tardía de "American Pie" sino una producción de Judd Apatow, la nueva sensación de la comedia norteamericana y director de la divertida "Vírgen a los 40". De hecho, Apatow está en racha últimamente ya que, además del que nos ocupa, cuenta con otro estreno más en cartel: "Lío embarazoso", protagonizada también por Seth Rogen, actor y guionista junto a Evan Goldberg de "Supersalidos". Seth y Evan (cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia) son dos amigos sobrehormonados a punto de dejar atrás el instituto, algo inconcebible sin haberla metido antes en caliente. A partir de ahí, comienza una disparatada odisea en busca de alcohólicos afrodisíacos que les ayuden a cumplir sus deseos carnales. Para ello, se verán obligados a recurrir a los dudosos servicios de Fogell, alias "McLovin", un friki de mucho cuidado al que ya se están rifando en Hollywood. La historia nos resultará familiar a todos aquellos que conocemos o hemos conocido a algún McLovin a lo largo de nuestra vida, y es que, la mayor virtud de una película como "Supersalidos" estriba en su capacidad de empatizar con el público masculino (chicas, abstenerse otra vez) más allá de los estereotipos que nos presentaban las citadas "American Pie" de turno. Sin alcanzar la genialidad en sus diálogos de un Kevin Smith ni abusar de la escatología propia de los hermanos Farrelly, la gran pega de "Supersalidos" es la misma que en "Vírgen a los 40" y se trata de los altibajos en el ritmo que sufre hacia mitad. Afortunadamente, el film remonta, regalándonos un final muy sutil a la vez que emotivo. "Supersalidos" es, en resumidas cuentas, un canto a la amistad por encima del sexo, que tocará la fibra sensible del espectador libre de prejuicios con ganas de pasar un buen rato sin pensar en exceso. Ojo a los polis, son de lo mejorcito. Por cierto, recomiendo huir de su versión en castellano porque el doblaje es de lo más chungo que he oído en mucho tiempo.
Texto: Manu Riquelme

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