martes, 6 de noviembre de 2007

"SAW 4", para sentirse idiota perdido

Hay que ser hijoputa para regalarle a tu hijo un muñeco asi

Recuerdo que en la carrera, mi profesor de guión cinematográfico, el mítico Gil Sánchez, se quejaba de los “giallos” italianos (es decir, esas películas deslumbrante en cuanto a lo visual y temático, si bien lo segundo no por motivos precisamente virtuosos) porque los desenlaces solían sustentarse sobre lo que muchos denominamos el: “Pasaba por aquí”. En ellas, el asesino o responsable del conflicto principal solía ser un personaje no presentado para el público, en un alarde de despropósito y engaño para subnormales. Pues bien, precisamente eso es “Saw 4”. Iba a poner “La película que nos ocupa”, pero esto no es siquiera eso.

Querian a Peter Coyote pero....

La cuarta entrega de la devaluada saga gore (siempre mantendré que la primera era decente e incluso entretenida) se sustenta bajo pilares sacados de la manga en el ultimo momento así como muertes injustificadas que ni tan siquiera tienen que ver con la trama principal (¡virgen santa, la policía atravesada por una flecha!). Con ello , se consigue un paso más hacia la mediocridad y la explicitud que ya se apuntaba con rottring del 5 en su predecesora (esa operación de sesos…). La jilichorrada comienza con una autopsia ultradetallada del pobre Jigsaw (todo el mundo sabe que si te rajan el cuello tienen que sacarte el estómago para baremar las causas de tu muerte…) y continua con un desfile de personajes a cada cual más estereotipado, mal definido y torpe. La narración tiene más flashbacks que las tres temporadas juntas de “Lost”, recordándonos cosas que habían sucedido hace 1 minuto. Y es que parece que este Darren Lynn Bousman cree que los espectadores somos como la Dori de “Buscando a Nemo” y no soportamos un recuerdo por más de ese tiempo. Por ello están continuamente repitiendo todo lo que pasa, a veces incluso de forma elegante con algunas transiciones, y la otra inmensa mayoría de veces (como en la parte final) de manera torpe e imperceptible (qué gran paradoja teniendo en cuenta el efectismo del… ¿discurso?). Así, la trama se hace incomprensible, falta de ritmo, incoherente e ininteligible. Y teniendo en cuenta lo que hay que entender… eso es muy grave. Del plantel de actores, ya ni hablo. Sólo se salva Tobin Bell. Da la sensación de que la saga esté tan desprestigiada por sus ansias de contentar a la masa descerebrada que necesiten de actorcillos que tengan tan poco trabajo como para aceptar su mismo papel en la siguiente entrega. Además, si los personajes ya de por si son planos, están interpretados de forma tan estereotipada que a simple vista puedes imaginar quien es el culpable. Todo esto, apoyado en un ¿guión? más cercano a un C.S.I. en chungo que a una película de terror y/o suspense y/o tensión (la cual no se genera en ningún momento, pues los personajes no te importan lo más mínimo). ¿Alguna forma de arreglar este pestiño? Usando el humor negro, cosa que no pasa durante ningún momento. Quizá piensen que el público es demasiado lerdo como para similar eso. Lo más terrorifico de todo esto es que quizá en el fondo tengan razón.

Texto: Rubén Bautista

No hay comentarios: